¡El desastre de los carros de mano mormones!

Mormon Handcarts

MONUMENTO AL CARRO DE MANO MORMÓN, WINTER QUARTERS, NEBRASKA

¡EL DESASTRE DE LOS CARROS DE MANO MORMONES! por Rocky Hulse

El 2006 es el año de la celebración del sesquicentenario (150 años) de las Travesías de los Carros de Mano Mormones que comenzaron en 1856. Las compañías de carros de mano, que fueron diez en total, partieron de Iowa City, Iowa, lugar que era el punto final del ferrocarril, hacia el oeste, durante los años de las travesías de los carros de mano entre 1856 y 1860. Los emigrantes mormones navegarían desde Europa hasta Nueva York, Boston o Filadelfia y luego irían por tren hasta la Iowa City. Posteriormente se organizarían en compañías, se equiparían con sus carros de mano y provisiones, y comenzarían el viaje de dos y medio hasta tres meses hacia Salt Lake City, en Utah.

LAS TRAVESÍAS DE LOS CARROS DE MANO MORMONES — ¿UN ÉXITO AMERICANO?

La iglesia mormona promueve activamente su herencia pionera americana haciendo un despliegue de carretas y carros de mano en desfiles y representaciones por todo el país. Sus miembros se visten con ropa de la época y manejan o tiran de las carretas y carretillas para complacencia de las cámaras de televisión y reporteros de diarios que siempre encuentran una audiencia favorable para contemplar las recreaciones que muestran el orgullo del “Espíritu Pionero Americano.” ¿El Sistema de Carros de Mano Mormón fue realmente un éxito? ¡NO!

“Si bien fue heroica, la emigración en carros de mano también produjo el más grande, que se supiera al menos, desastre en la historia nacional de la migración al oeste, sobrepasando en pérdidas de vidas a la más famosa tragedia de la Expedición Donner de 1846-47, en unas 7 veces.” (Forgotten Kingdom, pg. 104) (Reino Olvidado, pg. 104Traducido del inglés)

“Una cosa es cierta – el desastre de los carros de mano de 1856 fue la más grande tragedia nacional en la historia de las migraciones hacia el oeste durante el siglo diecinueve.” (Forgotten Kingdom, pg. 118) (Reino Olvidado, pg. 118Traducido del inglés)

La iglesia mormona ha promovido con éxito una historia que suscita una imagen positiva, pero es exactamente opuesta a la verdadera historia del evento. ¿Cuál fue el verdadero número de pérdidas humanas en esta, “la más grande tragedia nacional en la historia de las migraciones hacia el oeste durante el siglo diecinueve”?

“Es probable que nunca se conozca un recuento preciso del número de muertos, porque las autoridades intentaron impedir que se hiciera público todo el horror del desastre, especialmente en Inglaterra.” (Forgotten Kingdom, pg. 118) (Reino Olvidado, pg. 118Traducido del inglés)

El historiador mormón, B. H. Roberts, provee la mejor estimación que yo haya visto, con la cifra de 222 fallecidos:

“El número exacto de aquellos que perecieron en esta compañía no está registrada en nuestros anales oficiales; y es difícil fijar con certeza algún número aproximado….Todas las cosas que consideraron la estimación de Chislett y Jacques, – estableciendo su cálculo en 145 – quizás no estén lejos de los hechos. Y esto, añadido a los setenta y siete muertos de Willie, dan una suma total de 222 muertos.” (Roberts, Comprehensive History, 4:101), (recorded BYU Studies, Vol 37, Number 1, 1997-98, pg. 73, under footnote 130.) (Roberts, Historia Comprensiva, 4:101), (registrado BYU Studies [Revista publicada por la Universidad Brigham Young], Vol. 37, Número 1, 1997-98, pg. 73, bajo la nota al pie de página 130.) (Traducido del inglés)

La iglesia mormona es una iglesia que guarda registros. Tienen registros de todo. Hablando en la Conferencia General de la iglesia mormona en Octubre de 1901, el Elder Anthon H. Lund, Segundo Consejero del 61vo profeta mormón, Joseph F. Smith, dijo lo siguiente acerca de guardar los registros:

“Hablando con respecto a que el Señor inspiró a Sus siervos para que guarden registros, se me recuerda que nosotros, como pueblo, estamos haciendo historia, y esta historia debe también ser guardada. En el tiempo en que la iglesia fue organizada, el Profeta recibió la revelación que dice que debe haber un registro guardado en la iglesia. Posteriormente, en varias ocasiones, el Señor instruyó a José en este asunto, diciéndole que señale a un historiador general, quien debe guardar un registro de todos los eventos de la iglesia. Un año y medio después, se le dice que lleve un registro de los Santos y de su condición en la iglesia.” (Conference Report, October 1901, p. 23.) (Reporte de Conferencia, Octubre de 1901, p.23. – Traducido del inglés)

¿Por qué entonces no existen registros precisos del número de muertos con este, el peor desastre en la Historia de la Emigración de Colonos Norteamericanos? La respuesta es muy simple: Esta información fue escondida por la iglesia mormona para que los convertidos de Europa no se alarmaran y no pudieran creer que los líderes de la iglesia eran falsos profeta y falsos apóstoles.

¿PLAN DIVINO O PLAN DE HOMBRES?

¿Cómo podría, un plan divino, propuesto por un “Profeta de Dios” terminar como el peor desastre de la emigración de colonos en la historia de los Estados Unidos? El apóstol mormón, Franklin D. Richards, quien fuera designado como Presidente de la Misión Europea y puesto a cargo de la emigración de los carros de mano, escribió un editorial en la Millennial Star (Estrella del Milenio, periódico mormón publicado en Europa) el 22 de diciembre de 1855:

“El plan a punto de ser adoptado por la P.E. Fund Company, de utilizar carros de mano tirados por hombres en lugar de equipos con bueyes, ha estado bajo consideración durante muchos años. El plan propuesto es novedoso y, cuando permitimos que nuestra imaginación deambule hacia el futuro y pinte las escenas que transcurrirán en las praderas el verano próximo, se hace partícipe, en gran medida, en lo romántico. El plan es el dispositivo de la inspiración y el Señor lo hará suyo y lo bendecirá.” (Handcarts to Zion, pg. 32.) (Carros de Mano en camino a Sion, pg. 32. – Traducido del inglés)

En 1856, se formaron cinco compañías de carros de mano y salieron de Iowa City hacia la ciudad de Salt Lake. Las primeras dos compañías de carros de mano, la Compañía Willie y la Compañía Martin, partieron el 15 y el 28 de julio respectivamente, lo cual era bastante tarde para la estación. El primer tramo de su viaje era de 277 millas (unos 445 kilómetros) hasta Florence, Nebraska, cerca de Council Bluffs.  Llegaron el 11 y el 22 de agosto respectivamente, y experimentaron serios problemas de mantenimiento con sus carretillas:

“Las compañías permanecieronn aquí más tiempo del que hubiera sido en otro caso, debido a que sus carros de mano no eran aptos para su viaje a través de las praderas; algunos necesitaron nuevos ejes y a todos ellos se les debía poner una pieza de hierro atornillada para evitar que la rueda desgastara la madera.” (J. H. Lately, Handcarts to Zion, pg. 94) (J. H. Lately, Carros de Mano en camino a Sion, pg. 94 – Traducido del inglés)

El diseño de los carros de mano, sin utilizar hierro en los ejes, era un concepto de diseño defectuoso que provino del mismo Brigham Young. Este le escribió una carta al apóstol mormón Franklin D. Richards, Presidente de la Misión Europea, en septiembre de 1855 diseñando el plan y la construcción de estos carros de mano:

“No podemos pagar la compra de carretas y equipos como en tiempos pasados. Me inclino, consecuentemente, a mi antiguo plan – construir carretas con barandas y que los colonos las arrastren a pie, … Sólo necesitarán raciones para 90 días desde el tiempo de su partida del río Missouri, y en tanto los asentamientos se extiendan hasta el río Platte, no es mucho. Los carros de mano serán hechos sin una partícula de hierro, con ruedas en forma de arco, fuertes y ligeras, y uno, o si la familia es numerosa, dos de estos carros cargarán con todo lo que necesiten a través de las llanuras.” (Handcarts to Zion, pp. 29-30) (Carros de Mano en camino a Sion, pp. 29-30 – Traducido del inglés)

Aquí vemos que fue el plan de Brigham y, previamente, apreciamos al apóstol mormón Richards diciendo que este fue un plan inspirado y que “el Señor lo hará suyo y lo bendecirá.” El inspirado plan de Brigham era una “emigración barata.” Él fue el que determinó que los carros de mano se construyeran sin utilizar hierro por lo que sufrieron muchas averías ya que las ruedas desgastaban los ejes. Los emigrantes utilizaron sus raciones de tocino para intentar engrasar los ejes y centros de las ruedas para evitar que estos desgastaran los ejes. Estas fallas de diseño ocasionaron las demoras en Florence y causaron un retraso mayor al que ya había con respecto al tiempo apropiado para viajar hacia Salt Lake City.

Este plan de Brigham se hizo oficial cuando se publicó en la “Tercera Epístola General” del 29 de octubre de 1855. Fue impresa en la Millennial Star (Estrella del Milenio) del 26 de enero de 1856, y declaró:

“Que todo se haga en orden, y que todos los santos que puedan, se junten en pos de Sion y vengan mientras el camino esté abierto delante de ellos; que vengan también los pobres, reciban o no ayuda del Fondo, que vengan a pie, con carros de mano; que ciñan sus lomos y caminen, y nada los estorbará a ni los detendrá.” (Handcarts to Zion, pg. 35) (Carros de Mano en camino a Sion, pg. 35 – Traducido del inglés)

¡UNA VOZ DE LA RAZÓN QUE FUE SILENCIADA!

Un experimentado misionero que estaba de regreso, Levi Savage, quien había marchado 2,000 millas en 1846 desde Council Bluffs, Nebraska hasta San Diego, California como parte del Batallón Mormón durante la Guerra con México, intentó en vano lograr que las compañías de carros de mano se quedaran en Florence, Nebraska, durante el invierno, para que reiniciaran el viaje en primavera.

El apóstol mormón, Franklin D. Richards, había llegado a los Estados después de las compañías de carros de manos y estaba viajando en un veloz carruaje tirado por mulas cuando oyó de la oposición de Savage a la partida tardía a través de las planicies:

“En Loup Fork del río Platte, en un cómodo carruaje tirado por mulas, el Dr. Richards alcanzó a la compañía Willie el 26 de agosto…. Habiendo oído de la oposición de Savage a la partida tardía, el apóstol convocó a una reunión con la Compañía Willie y “me reprimió severamente,” dijo el hombre de Ohio. Él fue compelido a disculparse “por todo lo que dije e hice mal.” Habiendo corregido la falta de fe de Savage, Richards se apresuró en ir a la capital territorial desde donde envió las primeras noticias de mil o más carretillas de pioneros que continuaban aún en las planicies.”  (Forgotten Kingdom, pg. 110) (Reino Olvidado, pg. 110 – Traducido del inglés)

Habiendo llegado a tiempo para la Conferencia General de Otoño, Richard les dijo a los fieles reunidos el 5 de octubre:

“Los Santos que se encuentran ahora en las planicies, como mil con sus carretillas, sienten que es tarde en la temporada, y esperan sentir el frío en los dedos de sus manos y pies. Pero ellos tienen esta fe y confianza en Dios, que Él anulará las tormentas que puedan llegar con la estación y se las llevará, que su senda sea librada de un sufrimiento mayor que el que puedan soportar. Ellos tienen la confianza de creer que este será un otoño abierto.” (BYU Studies, Vol. 37, Number 1, 1997-98, pg. 55) (BYU Estudios, Vol. 37, Número 1, 1997-98, pg. 55 – Revista publicada por la Universidad Brigham Young – Traducido del inglés)

Este apóstol mormón carecía de entendimiento. Reprendió severamente por su falta de fe a un experimentado pionero que sabía de los peligros que los emigrantes enfrentaban por viajar de manera tan tardía. Él llegó a la ciudad de Salt Lake y puso en evidencia el tema de la salida tardía al decir, de los emigrantes que aún estaban cruzando las planicies, que “esperaban sentir frío en los dedos de sus manos y pies.”

A continuación, algunas citas de las horribles tragedias que tuvieron que experimentar estas pobres personas que confiaron en las falsas profecías de que nada podría “obstaculizarles o detenerles,” confiando en falsos apóstoles que eran guiados por su propio orgullo en lugar de ser guiados por el Espíritu Santo.

“Allí estaba el pobre William Whittaker. Estaba en la tienda con muchos otros. Su hermano John y él ocupaban una parte de la tienda. En la otra parte otra familia estaba durmiendo. Una joven mujer estaba durmiendo y fue despertada por el pobre hermano Whittaker, comiéndole los dedos. Él se estaba muriendo de hambre y de frío. Esa noche también se comió la carne de sus propios dedos. Murió y fue sepultado en Willow Springs antes que dejáramos el campamento esa mañana.” (BYU Studies, Vol 37, Number 1, 1997-98, pg. 46) (BYU Estudios, Vol 37, Número 1, 1997-98, pg. 46 – Revista publicada por la Universidad Brigham Young – Traducido del inglés)

El sufrimiento y la tragedia que experimentó esta gente es desgarrador.

“La hermana Sirman, cuyo esposo estaba próximo a morir y sus dos hijos sufrían con los pies congelados, recurrió al capitán Martin, “¿Cree usted que el grupo de ayuda vendrá pronto con comida, ropa y calzado?”

Esta última cita tenía una nota al pie de página y, a continuación, lo que decía esa nota con respecto a un hombre llamado John Bond:

“Bond, ibid., 25, dijo que en 1912 conoció a uno de los niños, John Sirman, en Blackfoot, Idaho. Le había sido amputada una pierna como resultado del congelamiento de 1856.» (Handcarts to Zion, pg. 113) (Carros de Mano en camino a Sion, pg. 113 – Traducido del inglés)

Ephraim Hanks, edad 29, estaba conduciendo una carreta que llevaba ayuda desde Salt Lake para rescatar a los emigrantes. Cuando se encontró con los pioneros de las carretillas en el río Sweetwater y entró en su campamento, lo que vio “nunca será borrado de mi memoria,” dijo:

«Muchos de los emigrantes cuyas extremidades estaban congeladas, las perdieron, en su totalidad o en parte. A muchos los lavé con agua y jabón de castilla hasta que sus partes congeladas se desprendieron, después de lo cual corté con tijeras las tiras de carne de las porciones restantes de las extremidades. Algunos de los emigrantes perdieron dedos de los pies, otros, dedos de las manos, y nuevamente, otros, sus manos y pies completos.» (Forgotten Kingdom, pg. 118) (Reino Olvidado, pg. 118 – Traducido del inglés)

Amigos, el programa mormón de la travesía con carros de mano fue todo menos lo que podrán apreciar en la representación que montarán los mormones este verano. Estoy seguro que la iglesia mormona hablará un poco acerca de las pruebas y sufrimientos que soportaron estas personas; sin embargo, lo que no les dirán será que este sufrimiento no debió suceder, que pudo haberse evitado. La publicación de estudios de la BYU que cité anteriormente, muchas veces lo dice muy bien:

«Aun cuando las deficiencias en la planificación en Europa y el aprovisionamiento en el este de los Estados Unidos tuvieron que ver de manera importante con el resultado final y merece un estudio y descripción cuidadosos, no se discuten aquí debido, en parte, a las limitaciones de espacio y a la falta de documentación disponible, sino, además, porque estos no causaron en realidad el desastre, pues todo lo que se necesitó para evitar la tragedia, cuando la fecha adecuada de partida para un viaje seguro ya había pasado, era posponer para la siguiente primavera el viaje de las últimas compañías que partían, de Florence, Nebraska.» (BYU Studies, Vol. 37, Number 1, 1997-98, pg. 10) (BYU Estudios, Vol. 37, Número 1, 1997-98, pg. 10 – Revista publicada por la Universidad Brigham Young – Traducido del inglés)

Toda la causa detrás de la tragedia de los carros de mano mormones fue el fraude, y el liderazgo que les permitió salir hacia las planicies sin el tiempo suficiente para lograr llegar a salvo a Salt Lake City fue simplemente incompetente. La tragedia de las carretillas mormonas es una prueba positiva de falsas profecías y de líderes que no son guiados por Dios, sino que son guiados por su propia naturaleza humana.

Los mormones sufrieron enormes penurias al cruzar las planicies con carretas cubiertas y carretillas de mano. La pregunta no es: ¿Sufrieron ellos? Sí, por supuesto que sufrieron; la evidencia es abrumadora. La pregunta, que ha sido exitosamente escondida debajo de la alfombra de la historia revisionista mormona, es:

¿POR QUÉ EMIGRARON?

¿Por qué esta gente emigró para morir o para quedar mutilada en las planicies de Norteamérica? Los mormones a menudo responden: Persecución Religiosa. Esta respuesta podría ser parcialmente cierta para la migración mormona a Kirkland, Ohio, luego a Independence y el Lejano Oeste, Missouri, luego a Nauvoo, Illinois y de allí a Salt Lake City; sin embargo, no existe ninguna evidencia que apoye que las Travesías con Carros de Mano de la Emigración Mormona fueran causadas por la persecución. Las Travesías con Carros de Mano que comenzaron en 1856 desde Iowa City, se derivaron de una falsa profecía.

El horror de las Travesías con los Carros de Mano Mormones fue causado por la falsa profecía dada por los líderes mormones que decían que Jesús estaba por regresar, que Europa iba a caer, que la ira de Dios se desataría en la tierra y que el único lugar a salvo sería en Sion, en Salt Lake City, Utah. Cientos de mormones siguieron ciegamente las falsas profecías de sus líderes para “huir a Sion,” e hicieron caso a esas falsas profecías que derivarían en sus propias, prematuras e injustificadas, muertes. ¡A estos pioneros mormones se les dijo que huyeran de Europa o serían devorados por la ira de Dios y que este Plan de los Carros de Mano era un Plan Divino de Dios y que nada podría oponérseles mientras viajaran a Sion! En la Millenial Star (Estrella del Milenio) del 21 de abril de 1855, el “evangelio de la reunión” fue presionado con continuo fervor, y advirtió:

«Las nubes de la guerra han continuado acumulándose cada vez más espesas y oscuras sobre el horizonte de las naciones …La hambruna ha mirado al rostro de multitudes durante el invierno pasado…El presente está lleno de calamidad y maldad. En este momento miles de personas inquieren ansiosamente en sus corazones, ¿No existe manera de escapar de estas maldades? …Existe más allá del mar un lugar de paz, y un refugio frente a las inminentes tormentas…El Espíritu susurra: ‘Levántense de estas tierras pues los juicios del Todopoderoso están siendo derramados sobre las naciones, pues están madurando en transgresión.»‘ (Handcarts to Zion, pg. 26) (Carros de Mano en camino a Sion, pg. 26 – Traducido del inglés)

En la misma publicación del 22 de septiembre de 1855, el Presidente de Misiones, el apóstol mormón Franklin D. Richards, claramente afirma que la reunión en Sion de América es un mandamiento:

«El Señor nunca había dado un mandamiento hasta ahora a Su pueblo, pero que, si se encaminan con pleno propósito de corazón e intentan obedecerlo, lo podrán hacer. El mandamiento de reunirse en pos de la tierra de América es igual de obligatorio para los Santos, en tanto les sea posible cumplirlo, así como en primer lugar lo fue el bautizarse para la remisión de los pecados… Todo impulso del corazón de los Santos, toda esperanza del futuro dice, Reúnanse en pos de la tierra de América.» (Handcarts to Zion, pg. 26) (Carros de Mano en camino a Sion, pg. 26 – Traducido del inglés)

En la edición del 24 de noviembre de 1855 de la Millenial Star (Estrella del Milenio), la canción «¡Regocíjense! Santos en la dispersión,» contiene la siguiente estrofa que muestra que los emigrantes mormones creían en el mandamiento de Brigham Young y que tenía el poder de salvar al pobre:

«¡Regocíjense! Que todo Israel se regocije, Y alaben al Señor una vez más, Que Brigham envía la palabra, el poder de salvar al humilde pobre.» (Handcarts to Zion, pg. 261) (Carros de Mano en camino a Sion, pg. 261 – Traducido del inglés)

La siguiente canción fue escrita por mi abuelo cuarto y publicada en la Millenial Star (Estrella del Milenio) el 9 de junio de 1855. Deja totalmente en claro que los juicios de Dios estaban por ser derramados sobre Europa antes del retorno del Señor para el inicio del milenio y que el único lugar seguro para huir era hacia «El lejano valle en el Oeste.»

«Vengan Aprisa hacia el Valle»

“Vengan, apresúrense hacia el valle lejos en el oeste, Ustedes Santos del Señor, no se detengan; La Vieja Babilonia pronto será angustiada en gran manera, Porque su copa está casi llena.

Entonces reúnan a sus hijos, y vecinos, adviertan todos De que la hora del juicio está cerca, Pues pronto Jehová se reirá de su desprecio, Y se burlará cuando ella esté temblando de temor.

Se han quedado en Babilonia, Hermanos, demasiado tiempo, Sin pensar que su hora estaba tan próxima; Oh no te quedes más en su profana multitud, Porque pronto terminará su carrera, Terrible Hambre y Enfermedad, la Batalla y la Lucha arrasará sus costas lejos y cerca, Y si no huyen, serán como la esposa de Lot, alcanzada por los severos juicios.

Tienen un refugio para huir ahora, Mientras la tormenta cabalga sobre las naciones, Cuando los torrentes del juicio fluyan con furia, Para castigar al orgullo necio de Babilonia.

Asegúrense de descansar hasta que terminen los juicios, Y los malvados se desvanezcan del mundo; Disfrutando las bendiciones que nuestro Dios tiene guardadas, Donde está desplegada la bandera de la Libertad.

Y cuando nuestro gran Salvador venga en gloria, Para morar con sus santos para siempre,

Oh, nos regocijaremos entonces en nuestro hermoso hogar, Porque Jesús restaurará «todas las cosas.»

Con Él reinaremos a través de los grandiosos Mil Años, sin abatimiento, ni tristeza, ni dolor, Y luego veremos nuevamente a nuestro gran Padre, Y en Su brillante presencia permaneceremos.»

En 1835, José Smith profetizó falsamente acerca del retorno inmediato e inminente de Jesús:

«El presidente Smith declaró entonces … fue la voluntad de Dios que aquellos que fueron a Sion, con la determinación de entregar sus vidas, si fuera necesario, debían ser ordenados al ministerio, y salir a podar la viña para los últimos tiempos, o la venida del Señor, que estaba cerca, para terminar la escena incluso en unos cincuenta y seis años.» (History of the Church, vol. 2, pg. 182.) (Historia de la Iglesia, vol. 2, pg. 182. – Traducido del inglés)

Uno de los doce apóstoles mormones originales, Orson Pratt, proclamó esta reunión de las naciones como un mensaje del Libro de Mormón:

«Por tanto, está conectado con el gran mensaje del Libro de Mormón, ‘una voz del cielo’, mandando a los santos que salgan de todas las naciones tan pronto como obedezcan al mensaje del evangelio; esto es lo que han estado haciendo durante todos estos años, y lo continuarán haciendo, hasta que la obra de reunir a todos sea llevada a cabo por completo. Y después de que los santos, que son la sal de la tierra, sean reunidos, los que queden perecerán rápidamente, como sucedió con Sodoma y Gomorra «. (Orson Pratt Works, «Prophetic Evidence in Favour of the Book of Mormon,» pg. 85, as reported in Mormonism ­ Shadow or Reality?, pg. 195.) (Obras de Orson Pratt, «Evidencia Profética a Favor del Libro de Mormón», pág. 85, como se reporta en ¿Mormonismo, Sombra o Realidad?, pág. 195. – Traducido del inglés)

A estos mormones convertidos en Europa se les mandó que huyeran porque la segunda venida del Señor estaba por suceder, que su ira iba a ser derramada sobre todas las naciones y que el único refugio para permanecer a salvo estaba en el ‘Valle en el Oeste.’ Esta pobre gente vendió todo y lo dejó atrás. Un gran número de ellos fue a morir a las frígidas planicies de Norteamérica y cientos quedaron mutilados de por vida – perdiendo dedos de las manos, de los pies y extremidades por congelamiento, todo por una mentira absoluta – por una profecía falsa. ¡Esta historia es sumamente triste!

La abuela de la esposa del actual Profeta de la iglesia mormona, Gordon B. Hinckley, Mary Goble Pay, tenía 13 años y pertenecía a una de estas familias conversas de Inglaterra. Ella y su familia no formaban parte de las Compañías de carros de mano de Willie o de Martin, ya que tenían suficiente dinero y habían comprado una carreta con cubierta, tirada por dos yuntas de bueyes. Se reunieron y viajaron con una de estas dos compañías, no estoy seguro con cuál fue. Un extracto de su historia fue impreso en la edición de enero de 2005 de la revista oficial de la iglesia mormona «Ensign» (Enseña) en una historia escrita por el propio presidente Hinckley:

«Viajamos de 15 a 25 millas (25 a 40 km) por día…hasta que llegamos al río Platte….Alcanzamos a los carros de mano ese día. Los vimos cruzar el río. Había grandes trozos de hielo flotando río abajo. Hacía mucho frío….Regresamos al campamento y fuimos a orar, [y]..cantamos ‘Vengan, Vengan, Ustedes Santos Sin Afán ni Temor al Trabajo.’ Me preguntaba qué hacía llorar a mi madre [esa noche] …. La mañana siguiente mi hermanita nació. Era el 23 de Septiembre. La llamamos Edith. Vivió 6 semanas y murió…. [Ella] fue enterrada en el último cruce del río Aguadulce. [Nos topamos con fuertes nevadas. Me perdí en la nieve.] Mis pies y piernas estaban congelados. [Los hombres] me frotaron con nieve. Pusieron mis pies en un balde con agua. El dolor era terrible…. Cuando llegamos a Devil’s Gate (La Puerta del Diablo) hacía mucho frío.  Dejamos muchas de nuestras cosas allí….Mi hermano James…estaba tan bien como siempre cuando se fue a dormir [esa noche]. En la mañana estaba muerto…. “Mis pies estaban congelados [;] también mi hermano Edwin y mi hermana Caroline tenían congelados sus pies. No había nada más que nieve [nieve por todos lados y el penetrante viento de Wyoming]. No podíamos clavar las estacas de nuestras tiendas…. No sabíamos que habría de suceder con nosotros.

[Entonces] una noche un hombre vino a nuestro campamento y nos dijo que … Brigham Young había enviado hombres y equipos para ayudarnos … Cantamos, algunos bailaron y otros lloraron … La mano de mi madre nunca se recuperó. …. Ella murió entre las pequeñas y grandes montañas … Tenía 43 años … Llegamos a la ciudad de Salt Lake a las nueve de la noche del 11 de diciembre de 1856. Tres de cada cuatro sobrevivientes estaban congelados. Mi madre estaba muerta en la carreta …. «Temprano, la mañana siguiente … Brigham Young … vino …. Cuando vio nuestra condición, nuestros pies congelados y a nuestra madre muerta, las lágrimas rodaron por sus mejillas…. El doctor me amputó los dedos de los pies … [mientras] las hermanas estaban vistiendo a mi madre para su sepultura… Cuando mis pies ya habían sido atendidos, nos [llevaron]… a ver a nuestra madre por última vez. Oh, cómo lo pudimos soportar. Esa tarde fue enterrada … [He pensado muchas veces en las palabras de mi madre antes de salir de Inglaterra.] ‘Polly, quiero ir a Sion mientras mis hijos son pequeños, para que puedan ser criados en el Evangelio de Cristo, porque sé que esta es la verdadera iglesia.'» (Ensign, January 2005, pg. 6-7) (Revista Enseña, Enero 2005, pg. 6-7 – Traducido del inglés)

Esta historia de la abuela de la esposa del actual profeta mormón simplemente te destroza el corazón; sufriendo a un nivel difícil de imaginar. Estas personas estaban en una carreta cubierta y sufrieron así. Es difícil comprender el padecimiento de quienes llevaron los carros de mano. Antes de que se diera lo comentado en la cita anterior, esta familia había sufrido la pérdida de su hijo más pequeño; luego, durante el tiempo narrado en la cita, muere la bebé recién nacida, muere su hermano James, y luego muere su madre. Son cuatro muertes y esta era una familia con carretas cubiertas, no una familia con carros de mano – y sus decesos no se ven registrados en ninguna parte en el número total de muertes sufridas en esta terrible tragedia, porque sus nombres no se encuentran en las nóminas de las compañías de carros de mano.

En una de las últimas líneas escritas del tiempo cuando llegaron a Salt Lake City, Mary Goble Pay dice:

«Tres de cada cuatro sobrevivientes estaban congelados.»

Ahora, no sé si esta es una declaración sobre todos los que estaban en la compañía de carros de mano o solo sobre aquellos que quedaron de su propia familia; no obstante, si tres de cada cuatro de los que quedaron con vida en su carreta fueron congelados, no creo que sea una ligereza de mi parte aplicar esta figura a los de las compañías de carros de mano que estuvieron aún más expuestos directamente a los elementos. Los hechos y las cifras de las muertes y mutilaciones fueron ocultados por la iglesia mormona:

«Probablemente nunca se conocerá un número exacto de las personas fallecidas porque las autoridades intentaron evitar que se hiciera de dominio público el horror del desastre, especialmente en Inglaterra». (Forgotten Kingdom, pg. 118) (Reino Olvidado, pg. 118 – Traducido del inglés)

Las muertes estuvieron alrededor de las 230. Si tres de cada cuatro sobrevivientes se congelaron, aquellos que sufrieron de mutilaciones bordearon los 500. Simplemente nunca lo sabremos, pero lo que es realmente una vergüenza escandalosa es que estas victimas catastróficas fueran por causa de una profecía falsa y de una mentira dada por los profetas y apóstoles del mormonismo.

Artículo escrito por Rocky y Helen Hulse, Edición No. 19, Mayo 2006, “The Midwest Expositor”  (El Expositor del Medio Oeste)  publicación del Mormon Missions Midwest Outreach (Alcance del Medio Oeste para Misiones Mormonas – Traducido del inglés) – Reimpreso y publicado en nuestro sitio web con permiso.

 

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