Evangelio

Book of Mormon

.:EVANGELIOLA RESTAURACIÓN DEL EVANGELIO

Mormon.org declara:

“En 1820, como lo ha hecho a través de la historia, El Padre en los Cielos nuevamente eligió a un profeta para restaurar el evangelio y el sacerdocio en la tierra. Él llamó a un joven llamado José Smith, y a través de él, la plenitud del evangelio de Jesucristo fue restaurada en la tierra. … El Apóstol Pedro profetizó acerca de una “restauración de todas las cosas” que ocurriría antes de la segunda venida de Cristo (Hechos 3:19-21). La restauración de la iglesia de Cristo sobre la tierra ha puesto a la disposición de todos la oportunidad de recibir una vez más todas las bendiciones del evangelio de Jesucristo.” (Traducido del inglés)

LO QUE MORMON.ORG NO TE DICE ACERCA DEL EVANGELIO RESTAURADO

El “Evangelio restaurado” = Otro Evangelio

  • José Smith afirmó que Dios restauró el “evangelio” a través de él por medio de la aparición del Padre e Hijo en su primera visión, y más tarde, el ángel Moroni, quien supuestamente lo guió a las planchas de oro del Libro de Mormón enterradas en el monte Cumorah en el estado de Nueva York. Los mormones afirman que este Libro de Mormón es “otro” testamento de Jesucristo, a pesar de la advertencia que el Apóstol Bíblico Pablo hizo acerca de este “otro evangelio”:

    “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.” —Gálatas 1:6-8

¿Cuál es el verdadero Evangelio? ¿De qué manera es este diferente al “evangelio restaurado” del mormonismo? Como ya hemos mencionado, el verdadero evangelio fue dado “una vez” por todas, y no hay necesidad de que sea entregado de nuevo a la iglesia (Judas 3). El simple hecho de que el mormonismo afirma haber “restaurado” un evangelio perdido es una indicación de que su evangelio es una falsificación.

El verdadero Evangelio es la creencia que Jesucristo pagó la pena completa causada por nosotros por los crímenes (pecados) que cometimos al desobedecer las leyes de Dios (1 Pedro 2:24). Para aceptar el perdón de Cristo, debemos primeramente reconocer que todos somos pecadores e indignos de estar en la presencia de Dios (Romanos 3:23; 6:23). Después, debemos poner nuestra confianza personal en la creencia que Jesucristo, siendo Dios, murió para pagar por nuestros pecados para que nosotros podamos ser perdonados y “perfeccionados” al colocarnos únicamente en la justicia de Cristo (Filipenses 3:9; Hebreos 10:10, 14). El Apóstol Bíblico, Pablo, explicó:

“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” —2 Corintios 5:21

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.”—Efesios 2:8-9

La versión del “evangelio” de la iglesia mormona no concuerda con el “evangelio” sencillo de Jesucristo dado en la Biblia, porque requiere obediencia a las “leyes y ordenanzas” para que uno sea digno, en lugar de confiar únicamente en la justicia substituta de Cristo. El Apóstol mormón, Spencer W. Kimball explicó:

“…Jesucristo, nuestro Redentor y Salvador, nos ha dado nuestro mapa, un código de leyes y mandamientos mediante los cuales podemos lograr la perfección y, finalmente, la divinidad. Este conjunto de leyes y ordenanzas es conocido como el evangelio de Jesucristo, y es el único plan que exaltará al género humano.”—El Milagro del Perdón, p. 12

Al leer la descripción del “otro evangelio” el cual Pablo advirtió a los Gálatas en los versículos a continuación, uno puede ver cómo el evangelio del mormonismo cae en la misma categoría de ser un evangelio falsificado:

“¡Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad…? ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? … Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; y la ley no es de fe…”—Gálatas 3:1-3, 11-12

Los cristianos en Galacia se habían vuelto víctimas de un “evangelio” falsificado basado en una fe que exigía que los seguidores cumplieran con las “obras de la ley” para “perfeccionarse” a sí mismos. Por lo tanto, vemos que así como los Gálatas habían caído en el “otro evangelio,” así también los mormones han caído en el “otro” evangelio basado en el “código de leyes” de la iglesia mormona en un intento por perfeccionarse a sí mismos “por la carne.” Al añadir requisitos de mérito personal a la obediencia de la ley, el mormonismo esencialmente ha proclamado que la obra de expiación de Jesucristo fue insuficiente para cubrir el pecado. Pues si los mormones de verdad creyeran que la sangre de Cristo es suficiente, no necesitarían añadir obras personales de justicia a su “evangelio” de fe en Cristo. Pablo advirtió:

De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.” —Gálatas 5:4

El matrimonio eterno y el Evangelio:

El requisito clave del evangelio mormón de un “matrimonio eterno” (Doctrina y Convenios 132:19-20) no se encuentra en el evangelio descrito, tanto en la Biblia, como en el Libro de Mormón. Según el mormonismo, si un hombre aspira a ganar una salvación plena para “llegar a ser un dios” en el nivel más alto del mormonismo, el “evangelio” mormón le exige “casarse por el tiempo y por la eternidad” en un Templo SUD. Sin embargo, uno buscaría en vano tratando de encontrar esta ordenanza del “evangelio” discutida en la Biblia e incluso no se encuentra en el Libro de Mormón, el cual los mormones aseguran contiene la “plenitud del evangelio eterno,” y el cual José Smith proclamaba que era “el más correcto de todos los libros sobre la tierra… un hombre se acercaría más a Dios al seguir sus preceptos que los de cualquier otro libro.” 3. En lugar de que el matrimonio por la eternidad sea una enseñanza Bíblica, aprendemos que Jesucristo, quien es Dios mismo, no estaba casado y Él enseñó que todas las personas resucitarían como los “ángeles” en el cielo que no están casados (Mateo 22:28-30). Además, el Apóstol Pablo animaba a los creyentes de su tiempo a que permanecieran sin casarse por causa de la obra del evangelio (1 Corintios 7). Incluso Jesús en el Libro de Mormón dice:

3 NEFI 11:39-40: “De cierto, de cierto os digo que ésta es mi doctrina… Y quienes declaren más o menos que esto, y lo establezcan como mi doctrina, tales proceden del mal…”

Entonces, nuevamente vemos que el “evangelio restaurado” de los mormones realmente no ha sido una “restauración” del evangelio original, sino que más bien, es “otro” evangelio, condenado tanto por la Escritura Bíblica como por el Libro de Mormón.

Hechos 3:19-21 y la “restitución de todas las cosas”

El pasaje de la Escritura Bíblica que la iglesia mormona utiliza, Hechos 3:19-21, como texto de prueba para sus afirmaciones de una restauración del evangelio que fue profetizada en las Escrituras, se ha tomado completamente fuera de contexto.

HECHOS 3:19-21: “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo.”

Si Hechos 3:19-21 hablara de la restauración del mormonismo del evangelio, ¿dónde se encuentra Jesucristo hoy en día? ¿Por qué no está Él aquí gobernando sobre la tierra por los 1.000 años que se ha profetizado como el tiempo en el que Cristo restaurará la creación a la perfección en la que estaba antes de la maldición en Génesis? El Apóstol Pablo explicó que en la “gloriosa manifestación” de Jesucristo, Él “redimirá” y purificará a su pueblo: los hijos e hijas de Dios (Tito 2:13-14). Entonces, cuando estos hijos de Dios sean manifiestos en la “gloriosa manifestación” de Cristo (su segunda venida), toda la creación “será libertada de la esclavitud de corrupción” debida a la maldición (Romanos 8:19-22). Por lo tanto, el contexto de Hechos 3:19-21 no tiene nada que ver con la “restitución” del “evangelio,” sino que mas bien, está hablando acerca de la profecía de la “restitución de todas las cosas” en la creación, cuando ésta será liberada de la maldición, cuando “él envíe a Jesucristo” (Hechos 3:20) nuevamente a la tierra para su reinado de 1.000 años (Apocalipsis 19-22):

“Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora.” —Romanos 8:19-22

“aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad…” —Tito 2:13-14

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3. La Cita ha sido tomada de la “Introducción” a la edición de 1993 del Libro de Mormón.

 

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